jueves, 11 de junio de 2009

Caravanas con beca ajena

Juan José Morales
Escrutinio

El Partido Nueva Alianza, de Elba Esther Gordillo, hace alarde en su publicidad de haber “conseguido otorgar más de 79 mil becas, equivalentes a 2,500 millones de pesos”, y llama a los electores a votar por ese partido para que siga haciendo lo mismo.
Esa publicidad del Panal —o PANal, como también se le llama por su alianza de facto con el PAN— contiene varias verdades a medias, o falsedades encubiertas si así se prefiere decir. Sugiere, insinúa o pretende hacer creer que son becas otorgadas por ese organismo político, cuando en realidad las concedieron escuelas particulares de muy diverso tipo. Sugiere asimismo que se trata de becas completas, que cubren la totalidad de la colegiatura, pero en su gran mayoría se trata solamente de descuentos, que en no pocos casos se limitan al 10 ó 20%.
Lo más interesante de este asunto es la forma en que el Panal utiliza a las escuelas particulares y la estructura de la Secretaría de Educación Pública para fines político-electorales.
Las becas no las maneja directamente el partido de Elba Esther, sino una asociación civil formada ex profeso, denominada Fundación Becatón, la cual en teoría es independiente del partido, pero en la práctica ambos operan de consuno y en la propaganda se les presenta juntos. Sin embargo, al simular que el Becatón no depende de él, puede el Panal eludir la prohibición legal de “solicitar votos en favor de un candidato o de un partido, por pago, dádiva, promesa de dinero u otra recompensa durante la campaña y la jornada electorales.” El partido se ostenta como quien “consigue” las becas, pero a la vez se deslinda de su manejo. Es —supuestamente— una organización ajena al partido la que las gestiona y consigue. Además, las becas las otorgan directamente las escuelas. El papel de la fundación se limita a organizar en las principales ciudades del país una especie de ferias a las cuales se invita a las escuelas privadas —que deben instalar sus propios pabellones, o stands— y se les pide informar qué porcentaje de beca están dispuestas a dar sobre sus cuotas de inscripción y colegiaturas. Los interesados tienen que arreglarse directamente con la administración del plantel. Muchas aceptan participar, porque consideran que les sirve de publicidad y al ofrecer algún descuento podrán captar más alumnos. Pero en ningún momento se les advierte que todo ello se utilizará en la propaganda del Panal. Se maneja como una actividad altruista de naturaleza apolítica.
O sea, como se dice en el habla popular, el Panal hace caravanas con sombrero ajeno. Las escuelas dan las becas y el partido hace creer que ha estado repartiéndolas a manos llenas.
Por lo demás, es evidente que para esta operación se utiliza la información oficial que manejan los miembros del SNTE —de la que Elba Esther es presidenta vitalicia— en su calidad de funcionarios de la Secretaría de Educación Pública y las de los estados. El hecho de que el personal de esas dependencias gubernamentales tenga los nombres y direcciones de las escuelas de todos los niveles, explica la facilidad con que a todas se les hace llegar la documentación del Becatón.
En el fondo, esto es lo mismo que repartir despensas o tacos de cochinita, y es aprovecharse de las necesidades de los padres de familia que —sobre todo en esta época de crisis económica, desempleo y carestía— afrontan dificultades para pagar las colegiaturas en una escuela privada.
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