sábado, 10 de abril de 2010

Silencio en Televisa y TV Azteca


El pozo de los deseos reprimidos
Álvaro Cueva
Los mexicanos nos debemos sentir muy orgullosos de que Televisa y TV Azteca sean nuestras máximas televisoras porque se trata de compañías 100 por ciento comprometidas con la sociedad.
Fue impresionante la manera como los canales de estas dos empresas se movieron el domingo pasado para cubrir el terremoto que ocurrió en el noroeste de nuestro país.
El Canal de las Estrellas suspendió las transmisiones del futbol para informar al pueblo de México de lo que estaba pasando.
Todas las estaciones de Televisa se enlazaron en un reporte especial conducido por algunos de sus mejores periodistas quienes, después de varios minutos, invitaron al público a seguir la nota por Galavisión.
Obviamente fue para permitir que, quienes quisieran, pudieran seguir gozando del futbol por XEW-TV.

De cualquier manera, nunca faltaron los cintillos con información pertinente.
FOROtv se volcó en el seguimiento de la nota, Carlos Loret de Mola voló inmediatamente a Mexicali para traernos las primeras imágenes de lo que acababa de suceder y todos vimos entrevistas con las mejores fuentes nacionales y regionales.
TV Azteca, por su parte, suspendió lo que estaba pasando para hacer lo propio.
Como tenía enfrente el peso de Televisa, sus corresponsales se esmeraron en hacer algo diferente, en mostrar el lado humano de la información.
¿Escuchó usted lo que dijeron en Azteca 13 los familiares de las personas que vivieron el temblor? ¿Vio usted la manera tan profesional como esos comunicadores impidieron que se extendiera el pánico?
Y todo tan rápido, tan eficiente. ¡Guau!
Lo que más me llamó la atención fue que los muchachos de “Segunda oportunidad” hayan improvisado una canción para darle ánimos al pueblo de Tijuana y Mexicali, y las palabras de los críticos.
Cuando Dulce lloró, le juro que yo también iba a llorar. No se puede ser más solidario en la vida.
Ya, en serio, qué vergüenza lo que sucedió en las grandes cadenas privadas de televisión de nuestro país el domingo pasado. Tembló en Baja California, no dijeron nada y hay mucha gente que está furiosa.
¿Por qué? Porque lo más lógico es que hubieran dicho algo, pero no, pudieron más el futbol y los “reality” musicales que una noticia que afectó directamente la vida de millones de mexicanos.
Hubo más información en las cadenas internacionales y en sistemas informativos como Milenio Televisión que en esos canales. Ni hablemos de la radio o de las redes sociales que, una vez más, demostraron su eficiencia.
¿Qué vamos a hacer usted y yo como televidentes? ¿Qué van a hacer Televisa y TV Azteca como medios de comunicación?
Me gustaría decir que cada canal es libre de informar o de no informar sobre lo que se le pegue la gana, pero no es cierto. Cuando se trata de señales abiertas nacionales hay un compromiso que va más allá de cualquier interés.
¿Por qué? Porque tener una señal abierta nacional implica una responsabilidad.
Estas estaciones son, en la mayoría de los casos, los únicos medios capaces de informar y ayudar a la población. Acuérdese de lo que sucedió con la influenza.
Ahora, a lo mejor el terremoto no fue tan grande o en los primeros minutos no había muchos datos como para llenar horas enteras de transmisión.
¡Perfecto! Tampoco se sabía mucho cuando Josmar sembró el pánico en el aeropuerto de la Ciudad de México, pero eso no impidió que Televisa y TV Azteca reaccionaran.
¿Por qué esta vez no?
¿Porque se trató de algo que no estaba sucediendo en la capital del país (¡Qué centralistas!)? ¿Porque era Semana Santa (¡Qué flojos!)? ¿O porque suspender transmisiones hubiera implicado perder dinero (¡Qué mezquinos!)?
Sea cual sea la razón, es decepcionante. ¿Qué hubiera pasado si hubiera temblado en el Distrito Federal? ¿Qué se hubiera dicho si el temblor hubiera afectado al Estadio Azteca? ¿Qué decisión se hubiera tomado si se hubiera vuelto a caer la antena de un canal de televisión?
Amor con amor se paga y Televisa y TV Azteca están sembrando resentimientos que tarde o temprano les van a costar.
No se trataba de suspender el futbol, de cancelar programas como “Segunda oportunidad” o de generar una mega-producción como la del 11 de septiembre de 2001. Se trataba de no ser indiferente.
Si Televisa y TV Azteca ya no nos van a informar de lo que está sucediendo, allá ellas y las autoridades, pero al menos que a nosotros, que somos los que miramos sus estaciones, nos aclaren cómo se van a mover a partir de ahora.
Que nos digan: aquí sólo vamos a poner notas como la de Paulette y aquí únicamente vamos a trabajar de lunes a viernes. ¡Díganlo!
¿Para qué? No para regañarlos ni para bajarles su “rating”, para saber con quién contamos y con quién no, y para ir viendo cómo le vamos a hacer para estar informados porque así no se puede.
La información es poder, pero también es una necesidad. ¿O no?
acueva@milenio.com

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